Tur (Paisaje escénico número 1)

Diego Díaz Córdova
3 min readMay 25, 2022

Ficha técnica:
creación y ejecución: Saeed Pezeshki
asesoría artística: Miriam Castañeda
producción: Circuito Liquen
creada en el Laboratorio Linha de fuga en Coimbra, Portugal en 2018. Estrenada en Bogotá, Colombia en 2019 y recientemente en Buenos Aires, Argentina y Aguascalientes, México.

Hace ya muchos años, en Agosto de 2009, Saeed Pezeshki, en ese tiempo, entre otras cosas, alumno de la carrera de Curaduría e Historia del Arte, estaba organizando “El Salón de Invierno” en la Universidad del Museo Social Argentino y me pidió si podía escribir un texto breve para el sitio Leedor. Alejandra y Kekena, en ese entonces directoras de Leedor, que se entusiasmaron con la propuesta del Salón de Invierno, le propusieron publicar una breve reseña del evento y Saeed me preguntó si quería hacerlo yo (sabiendo de mi compulsión a escribir). Ni lerdo ni perezoso acepté sin dudarlo.

Comenzaba en ese momento un período de colaboraciones que aún continúa; en 2022, estoy cumpliendo 13 años con Leedor, aportando confusión y naderías en breves textos, uno por cada mes. A 12 por año, el cálculo sencillo nos da 156 textos breves. ¡Qué manera de decir zonceras! ¡Qué gasto innecesario de bytes!. Pero bueno, habrán sido tontas letras, aunque eso sí, en un clima de total libertad. El Leedor se caracteriza por la pluralidad y la libertad con la que se expresan las diversas voces que pueblan sus páginas html.

En esos primeros días de agosto de 2019, Saeed volvió con una propuesta escénica a Buenos Aires. “Tur {paisaje escénico #1}”, que es una suerte de segunda parte de “Avestruz no vuela”, la obra con la que girara por el orbe y presentara en Buenos Aires en el año 2015. En ambas se desarrolla una historia vinculada con su propia familia. El desconocimiento, casi completo, de la mitad paterna, la búsqueda de historias, personas, objetos, viajes, todo lo que se pueda, para tener una idea del origen. En definitiva una búsqueda de la identidad.

Una película en el fondo, que en realidad es el frente. Un actor sin texto, que sólo da vueltas, muchas vueltas, mil formas de vueltas. Giros y giros, como la Reina Roja, corre y corre pero no llega a ningún lado. O sí. Ejercicios físicos adelante y en el fondo la película. La familia en sus actividades cotidianas. La familia hablando a cámara, contando historias, historias que no por conocidas, dejan de asombrar y es necesario repasar una y otra vez, como las vueltas del actor en el escenario. Y el esfuerzo y la proeza de girar y girar durante 10 minutos. Casi como el giro derviche del Sufismo.

Al fin y al cabo la seducción del Medio Oriente ocupa toda la platea. Ojos de belleza inmemorial, de pasado glorioso, de cadencia farsi. Milagros de aromas que escapan de la pantalla. La cocina y el cariño van de la mano de una abuela que no cesa de regalar amores, aromas y sabores. Y la prima con una lucidez que encandila y el tío, como un hijo preclaro del Patriarcado. Y la tía más tía del mundo, es la tía de todos. Como de todos es esa familia o somos esa familia. Al fin y al cabo ya lo decía Tolstoi: “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera”.

La obra es cartesiana. Hay una separación entre mente y cuerpo. La mente como reconstrucción histórica y sentimientos. El cuerpo corriendo alrededor de todo el escenario. La mente fija en la pantalla. Buscando respuestas en el cuerpo, encontrando preguntas con la mente. La familia dividida en tres partes. Una parte en Irán, otra en México, otra en Suecia. La familia dividida en el tiempo. Un abuelo asesinado; un padre que luego de muchos años, vuelve a Irán; una madre que no hace falta nombrar, porque siempre está presente (esto lo sé, más allá de la puesta).

Tur {paisaje escénico #1} se presentó en Colombia, Buenos Aires y ahora en México. Y probablemente siga girando, como gira el actor en escena, porque las respuestas, tal vez, estén en los ciclos que recorren el espacio y las preguntas, por ahí, se queden para siempre flotando en el tiempo. Al fin y al cabo una parte de todo esto, comenzó hace muchos años, en Agosto de 2009.

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Diego Díaz Córdova

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